Thursday, November 22, 2012

Práxedis Guerrero: Revolucionario Mexicano


Práxedis Guerrero
 
 
   
 
 
Carlos Murillo M.
Abogado | 2012-08-29 | 21:43
La semana pasada recibí la llamada de don Francisco Rodríguez Pérez, el hombre que ha hecho de la política una escuela de ética y justicia social, ideales que ronda sin descanso junto a los discípulos que le seguimos. Paco, como le llamamos los que le queremos, me habló para hacerme una propuesta que no podría rechazar: cantarle a la vida revolucionaria, en la estampa generosa de Práxedis Guerrero, en una ceremonia que se llevó a cabo en el Congreso del Estado. Tomamos rumbo en la carretera Juárez-Chihuahua con la idea de ofrendar a la revolución lo que mejor sabemos hacer: hablar. Así que mi papá y yo acudimos al llamado de la palabra que incendia corazones, escuchamos el grito de la libertad que retumba en nuestras conciencias desde hace más de cien años.

Práxedis, hombre-joven, magonista, es rescatado por el maestro José Muñoz Cota de los prejuicios de los enemigos de la historia a mediados del siglo pasado, Práxedis junto a un puñado de revolucionarios anarquistas fueron quienes prendieron la mecha de la revolución mucho antes de los advenedizos –que en todos lados los hay–, quienes se quedaron con el poder y quisieron secuestrar la gloria de las batallas tachando la historia del magonismo, pero este grupo identificado con el Partido Liberal Mexicano no se mide, ni se pesa por el bronce, ellos se calan por el barro que corre en sus entrañas de hombres libres.

Ricardo Flores Magón y sus hermanos Enrique y Jesús, dieron cuenta de las hazañas rebeldes de su hermano Práxedis en el norte del país; todos con la elocuencia lúcida, con la congruencia a cuestas, con la ética y sagacidad, con la temeraria, secularizante, intempestiva, combativa e incendiaria bandera de la revolución, pusieron en llamas a un país que se negaba a luchar por la pasividad del falso nacionalismo. “Ha muerto el más sincero, el más abnegado, el más inteligente de los miembros del Partido Liberal Mexicano”, habría escrito Ricardo Flores Magón con la épica narrativa que le caracterizó, tras conocer de la muerte de Práxedis.

Y es importante decir que Práxedis Guerrero no fue ni mártir, ni víctima, desde que emprendió la lucha decidió ser héroe para batirse en combate y morir de frente al sol como lo hacen los hombres que luchan por la justicia.

Y ahora, en el 2012, había que pasar lista de presentes, como lo hicieron sus hermanos, como el poeta-periodista-revolucionario Práxedis quiso jurarle a su amigo Francisco Manrique que seguiría su lucha después de conocer el final de su historia en el campo de batalla. Y como dice Mercedes Sosa que “los poetas son profetas” y permítaseme traer también al argentino Armando Tejada Gómez quien afirma que “los poetas fingen no conocer lo que ya saben”, así que Práxedis escribe sobre la muerte de su amigo Pancho Manrique lo siguiente: “a lo lejos, el miraje del lago cristalino riendo del sediento que se arrastraba empuñando una carabina, impotente para batir a la fiera amazona del desierto y mordiendo con rabia la hierba cenicienta sin sombra y sin jugo”, y era la narrativa sobria de su propio destino.

Tuvo que ser en Janos, a los 38 años, ahí se acabó el camino, pero ha comenzado uno nuevo, el de la inmortalidad, porque Práxedis tuvo a José Muñoz Cota para que lo recordara, después a Paco Rodríguez Pérez y ahora a los que estuvimos presentes el martes pasado, que somos quienes seguiremos cantando como lo reza la canción de María Elena Walsh: “tantas veces te mataron, tantas resucitarás, tantas noches pasarás, desesperando. A la hora del naufragio, y la de la oscuridad, alguien te rescatará, para ir cantando”. Sí, le seguiremos cantando a la revolución.

Monday, October 22, 2012

Ricardo Flores Magon


EL DERECHO DE REBELIÓN
Desde lo alto de su roca el Buitre Viejo acecha. Una claridad inquietante comienza a disipar las sombras que en el horizonte amontonó el cri- men, y en la lividez del paisaje parece adivinarse la silueta de un gigante que avanza: es la Insurrección.
El Buitre Viejo se sumerge en el abismo de su con- ciencia, hurga los lodos del bajo fondo; pero nada haya en aquellas negruras que le explique el por qué de la rebelión. Acude entonces a los recuerdos; hombres y cosas y fechas y circunstancias pasan por su mente como un desfile dantesco; pasan los mártires de Vera- cruz, pálidos, mostrando las heridas de sus cuerpos, recibidas una noche a la luz de un farolillo, en el patio de un cuartel, por soldados borrachos mandados por un jefe borracho también de vino y de miedo; pasan los obreros de El Republicano, lívidos, las ropas humildes y las carnes desgarradas por los sables y las bayone- tas de los esbirros; pasan las familias de Papantla, an- cianos, mujeres, niños, acribillados a balazos; pasan los obreros de Cananea, sublimes en su sacrificio cho- rreando sangre; pasan los trabajadores de Río Blanco, magníficos, mostrando las heridas denunciadoras del crimen oficial; pasan los mártires de Juchitán, de Ve- lardeña, de Monterrey, de Acayucan, de Tomochic; pa- san Ordoñez, Olmos y Contreras, Rivero Echegaray, Martínez, Valadez, Martínez Carreón; pasan Ramírez Terrón, García de la Cadena, Ramón Corona; pasan Ramírez Bonilla, Albertos, Kaukum, Leyva. Luego pa- san legiones de espectros, legiones de viudas, legio- nes de huérfanos, legiones de prisioneros y el pueblo entero pasa, desnudo, macilento, débil por la ignoran- cia y el hambre.
El Buitre Viejo alisa con rabia las plumas alborota- das por el torbellino de los recuerdos, sin encontrar en éstos el porqué de la Revolución. Su conciencia de ave de rapiña justifica la muerte. ¿Hay cadáveres? La vida está asegurada.
Así viven las clases dominantes: del sufrimiento y de la muerte de las clases dominadas, y pobres y ricos, oprimidos y déspotas, en virtud de la costumbre y de
las preocupaciones heredadas, consideran natural este absurdo estado de cosas.
Pero un día uno de los esclavos toma un periódico, y lo lee: es un periódico libertario. En él se ve cómo el rico abusa del pobre sin más derecho que el de la fuer- za y la astucia; en él se ve cómo el gobierno abusa del pueblo sin otro derecho que el de la fuerza. El esclavo piensa entonces y acaba por concluir que, hoy como ayer, la fuerza es soberana, y, consecuente con su pensamiento, se hace rebelde. A la fuerza no se la domina con razones: a la fuerza se la domina con la fuerza.
El derecho de rebelión penetra en las conciencias, el descontento crece, el malestar se hace insoportable, la protesta estalla al fin y se inflama el ambiente. Se respira una atmósfera fuerte por los efluvios de rebel- día que la saturan y el horizonte comienza a aclararse. Desde lo alto de su roca el Buitre Viejo acecha. De las llanadas no suben ya rumores de quejas, ni de suspi- ros ni de llantos: es rugido el que se escucha. Baja la vista y se estremece: no percibe una sola espalda; es que el pueblo se ha puesto de pie.
Bendito momento aquel en que un pueblo se yer- gue. Ya no es el rebaño de lomos tostados por el sol, ya no es la muchedumbre sórdida de resignados y de sumisos, sino la hueste de rebeldes que se lanza a la conquista de la tierra ennoblecida porque al fin la pisan hombres.
La rebeldía es la vida: la sumisión es la muerte. ¿Hay rebeldes en un pueblo? La vida está asegurada y asegurados están también el arte y la ciencia y la in- dustria. Desde Prometeo hasta Kropotkin, los rebeldes han hecho avanzar a la humanidad.
Supremo derecho de los instantes supremos es la rebeldía. Sin ella, la humanidad andaría perdida aún en aquel lejano crepúsculo que la Historia llama la Edad de la Piedra, sin ella la inteligencia humana hace tiem- po que habría naufragado en el lodo de los dogmas; sin ella, los pueblos vivirían aún de rodillas ante los principios del derecho divino; sin ella, esta América hermosa continuaría durmiendo bajo la protección del misterioso océano; sin ella, los hombres verían aun perfilarse los recios contornos de esa afrenta humana que se llamó la Bastilla.
Y el Buitre Viejo acecha desde lo alto de su roca, fija la sanguinolenta pupila en el gigante que avanza sin darse cuenta aún del por qué de la insurrección. El de- recho de rebelión no lo entienden los tiranos.
RICARDO FLORES MAGÓN 1
1 Regeneración, 10-sep-1910. Ricardo Flores Magón, anarquista, nació en Eloxo- chitlán, Oaxaca el 16-sep-1873, y murió preso en Kansas, E.U. el 21-nov-1922.

Tuesday, September 25, 2012

Las inmigrantes estaban escondidos en una casa donde sus plagiarios les negaban la comida; durante el operativo se reportó la detención de cuatro de los traficantes


Noticias > GI > Mundo/conflicto

20 de Septiembre del 2012 Por: Redacción / Notimex Foto: Especial

Las inmigrantes estaban escondidos en una casa donde sus plagiarios les negaban la comida; durante el operativo se reportó la detención de cuatro de los traficantes.

Los 60 indocumentados son, en su mayoría, de países de Centroamérica.

La Patrulla Fronteriza detuvo a unos 60 indocumentados que estaban hacinados en una casa de la comunidad fronteriza de Mission, Texas, donde los traficantes de personas les negaban hasta la comida, informaron hoy fuentes judiciales.

La Patrulla Fronteriza no ha informado aún sobre la detención, pero documentos interpuestos por fiscales federales ante una corte en McAllen, Texas, dan cuenta del caso.

Detallaron que los 60 inmigrantes fueron ubicados por agentes fronterizos el martes y que cuatro de los traficantes fueron también detenidos.

Los traficantes detenidos, todos ellos también indocumentados, fueron identificados ante la corte como Esteban Hurtado Martínez, Mario Zepeda Borja, José Antonio Rodríguez Ávila y Manuel Trinidad Barahona Hernández.

De acuerdo con los documentos, los traficantes comparecieron el miércoles ante el juez federal Peter E. Ormsby en McAllen, quien les fijó para el próximo 24 de septiembre su audiencia de detención.

Los 60 indocumentados localizados en la casa de seguridad, son originarios, en su gran mayoría, de países centroamericanos y del Caribe.

Dos de ellos, el guatemalteco Mario Ruíz Salomón y el dominicano Juan Confesor Bobadilla Cuello, permanecerán detenidos en Estados Unidos para servir a las autoridades como testigos, indicaron las fuentes.

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Puerto Rico, una historia olvidada


Puerto Rico, una historia olvidada y una identidad despreciada

Víctor Sánchez Cardona
jauladefalsascreencias@yahoo.com
Adital
Puerto Rico es un rico puerto colonial desde donde se embarcan pagos hacia bancos y corporaciones multinacionales que superan los $72,000 millones todos los años. Sin embargo tal como lo propone su clase política el desafío económico fundamental de la relativamente pequeña isla de Puerto Rico consiste en viabilizar un Gobierno profundamente endeudado que intenta administrar una economía en colapso y que dice depender para sobrevivir de $18,000 millones en aportaciones provenientes del bolsillo de los contribuyentes de la metrópolis.
La clase política y el pueblo en general están convencidos que el planteamiento es correcto a pesar de que Puerto Rico tienen una de las economías más dinámicas del mundo emergente. Con solo 3.5 millones de habitantes y una fuerza laboral en la economía oficial de un poco más de 1 millón de trabajadores, tuvo una economía cuyo PIB ascendió en el 2010 a $96,000 millones y que aun a pesar de la crisis alcanzó un Producto Interno Bruto de $98,000 millones en el 2011.
En realidad el problema crucial es otro. El verdadero problema consiste en que la Isla cuenta con una cultura en hilachos, incapaz de generar un ambiente civil que provea una sociedad justa con altos objetivos sociales y morales. Es decir; una cultura que provea una calidad de vida razonable y una economía sustentable anclada en una cultura ajustada a sus idiosincrasias. La coyuntura que confrontamos nos plantea a los puertorriqueños si deseamos sobrevivir como país culto, o permanecer como gueto ultramarino de trabajadores-consumidores al servicio de inversionistas externos.
La creencia generalizada en nuestra Isla es que nuestra cultura se encuentra moribunda por lo que la asimilación a la cultura norteamericana se propone como una alternativa real para asegurarnos que no nos muramos de hambre y necesidad al garantizar la llegada a nuestras playas de miles de millones de dólares del bolsillo de los contribuyentes norteamericanos. Es difícil concebir como los puertorriqueños han sido convencidos de tal monstruosa falsa creencia cuando los $18,000 millones que se reciben es una cantidad minúscula ante los $72,000 millones que se envían a bancos y Corporaciones norteamericanas todos los años.
La Consecuencia de un Desarrollo Fiado
Que la economía esté a punto del colapso es fácil de entender a pesar de contar con un ingreso bruto de $135,000 millones sin contar el producto de la economía sumergida que se estima en $26,000 millones adicionales. Sin embargo como dijimos al principio la economía tiene una fuga bruta de pagos al exterior que ya sobrepasa $72,000 millones anuales. Nada más las ganancias que exportan las empresas manufactureras que operan exentas de pagos de impuestos se estiman en $34,000 millones anuales y a esa cifra se les suman las ganancias de la extensa red de mega-tiendas extranjeras radicadas en la Isla. Haciendo un sencillo ejercicio aritmético se evidencia que si el capital invertido en esas fábricas fuese en parte puertorriqueño, una fracción de esos $34,000 millones de ganancias anuales permanecerían en Puerto Rico para usarse para promover más desarrollo.
Pero eso no es todo, la fuga comprende también los pagos por una deuda pública externa que asciende a $64,000 millones invertidos en desarrollar infraestructura para apoyar la operación de la base industrial extranjera. Y no olvidemos los intereses de usura que pagamos por la deuda privada. Recordemos que por cada vivienda que se vende en la isla, y se venden miles cada año, un comprador se compromete a enviar a los Estados Unidos entre $6,000 a $40,000 todos los años durante 30 años. Por cada automóvil que se vende, el comprador se compromete a enviar a alguna casa financiera o banco en los Estados Unidos $2,400 a $15,000 todos los años durante 7 años (cada año se venden alrededor de 100,000 automóviles).
Los pagos de varios millones de tarjetas de crédito, así como los préstamos de miles de estudiantes universitarios también se añaden a ese flujo de pagos hacia el exterior. Pensamos que las viviendas y autos que compramos nos pertenecen. Eso es falso, mientras no hayamos saldado la cuenta, todas esas cosas pertenecen a bancos externos. Mucho de lo que reclamamos como nuestro, pertenece en realidad a algún Banco o Casa Financiera extranjera a los que debemos hacer pagos todos los meses. Como vemos el problema económico se debe a que se ha seguido un modelo de desarrollo basado en el consumo personal exagerado financiado por deuda extranjera y en la instalación de fabricas "prestadas" que no ven a Puerto Rico como un país sino como un gueto de trabajadores a ser explotados.
Lo peor de esta situación es que ha sido el resultado de una política pública que favorece las inversiones extranjeras sobre las inversiones de capital puertorriqueño, forzando a este último a emigrar. Esta emigración de capital ha tenido la nefasta consecuencia política de desligar los intereses de la clase empresarial-inversionista puertorriqueña de los intereses del pueblo en general.
No nos equivocamos si afirmamos que la fuga de $72,000 millones anuales del ingreso de nuestra economía hacia el exterior se encuentra entre los mayores del mundo. Afortunadamente una robusta Balanza comercial ($22,000 millones en el 2010) y aportaciones federales netas ($18,000 millones en el 2010) reducen el flujo neto (Balanza de pagos) hacia el exterior a unos $32,000 millones o sea aproximadamente un 32% del Producto Interno Bruto; o sea $9,140 per cápita.
El déficit porcentual de la Balanza de Pagos de nuestra economía es el mayor por mucho de todas las economías del mundo. Grecia y Portugal, países donde la crisis actual ha llegado a los extremos, nos siguen el paso... de lejos. Más importante aun, el déficit porcentual de la Balanza de Pagos de Puerto Rico respecto al PIB no sólo es el peor de todos, sino que es al menos ocho veces mayor que el promedio. Por dar un ejemplo, si Grecia tuviese un déficit en su balanza de pagos per cápita como el de Puerto Rico con un población de 10,000,000 su déficit en la balanza de pagos sobrepasaría los $100,000 millones; en otras palabras Grecia hubiera desaparecido hace muchos años embargada por los ricos del mundo.
¿Y Cómo Llegamos Aquí?
Fue en seis etapas; la colonia tradicional vuelta obsoleta al final de la Segunda Guerra Mundial se comenzó a transformar. Primero llegaron las fábricas a sustituir las antiguas centrales azucareras, tras ellas vinieron las hipotecas FHA para urbanizar la Isla, luego vinieron los préstamos para la compra de automóviles, seguidos por las tarjetas de crédito; finalmente, las grandes empresas de ventas al detalle aprovechan con intereses de usura la bonanza del amplio crédito disponible a los isleños.
Al presente nos encontramos en una sexta etapa donde comienzan a llegar empresas dedicadas a comercializar los servicios públicos. Las carreteras, el recogido de basura, la seguridad ciudadana, el cuido de salud, y la educación se convierten en productos rentables que añaden a la remisión de fondos que fluye hacia el exterior. No nos sorprendería que un día al levantarnos nos enteramos que se ha creado la Autoridad de Aire Puro, con su consabida Alianza Público Privada dedicada a mantener, con pingües ganancias el aire que respiramos.
¿Ha sido un éxito o un fracaso económico la relación actual con nuestros conciudadanos del Norte? No hay duda de que desde el punto de vista del sector privado estadounidense ha sido un gran éxito. Cuando hablamos de Dependencia, ¿de qué Dependencia es que hablamos? ¿De la Dependencia del sector privado estadounidense a las transferencias anuales de $72,000 millones desde Puerto Rico, o de una supuesta dependencia de la economía de la Isla en donaciones de $18,000 millones enviados a la Isla por los contribuyentes norteamericanos y que representan tan solo un 11% del ingreso de la misma. Si bien es cierto que recibimos miles de millones del arca federal la mayor parte son pagos de Seguro Social, Medicare, Desempleo y pensiones a veteranos por los cuales nuestros trabajadores han cotizado durante su vida laboral y de otra parte también incluye los gastos de mantenimiento de la burocracia norteamericanas en la Isla.
Los $72,000 millones son el cascabel del gato al que tenemos que prestarle atención. Es evidente que hablamos de una relación parasítica, que nos ha convertido en lo que los economistas llaman en su argot financiero, un extraordinario cash cow. Esta tiene que ser la mayor "debilidad estructural" de nuestra economía. Tenemos una Balanza de pagos deficitaria ascendente al 32% del PIB, lo que resulta en que los ingresos disponibles para consumo, ahorro y gasto gubernamental localmente sean una exigua y disminuyente fracción del PIB y del ingreso total de la economía.
Intereses en el exterior se lucran de una extraordinaria bonanza, mientras el gobierno local se ve forzado a eliminar de su nómina a 25,000 servidores públicos por falta de fondos y privar a los contribuyentes de los servicios que ellos prestan. Se sacrifican servicios públicos de toda clase mientras la Banca, compañías financieras, corporaciones manufactureras y empresas extranjeras de distribución de productos de consumo aumentan sus caudales con las alforjas de dinero que les llegan de nuestra Isla.
Estos son síntomas de una escandalosa explotación que señala a gritos que ha llegado el momento para que la incongruente economía puertorriqueña figure prominentemente en las discusiones sobre nuestra notoria relación colonial actual con los EEUU; el confusamente llamado Estado libre Asociado (que ni es Estado, ni Libre y ni Asociado) no es más que un muñeco de paja para distraernos del verdadero problema: la vergonzosa explotación del capital humano puertorriqueño y de sus recursos naturales y de infraestructura.
Nos parece estar viviendo una versión mejorada y más sofisticada de los antiguos Company Towns de triste recordación en nuestra historia de la primera parte del siglo XX. - o como dirían muchos de nuestros conciudadanos "a new and improved versión" de explotar la tierra y sus naturales mucho más rentable que los esquemas anteriores de colonización. El libreto para el desarrollo que se implantó después de la Segunda Guerra Mundial es en realidad un remix donde el rol de las compañías azucareras como la Aguirre Sugar, o la South Porto Rico Sugar y la Fajardo Sugar y sus company towns fue asumido por corporaciones multinacionales que no ven a nuestra Isla como un país sino como un enorme Company Town, que no es otra cosa que un gueto de trabajadores y consumidores agobiados por préstamos a intereses de usura.
Para nosotros nuestra relación con la metrópolis colonial es la culminación de un ciclo de explotación de nuestra isla que comenzó en el siglo XVI con las encomiendas de indígenas, más tarde con haciendas esclavistas, seguidas por los company towns de las centrales azucareras para culminar en la madre de los Company Towns que es el Estado Libre Asociado; vuelto ahora obsoleto, inculto y en quiebra.
La mayor de nuestras falsas creencias es que la Isla nos pertenece: que no somos más que una gente viviendo de "arrimados" en un gueto ultramarino norteamericano. La Constitución Norteamericana es clara: el dueño último de los terrenos de la Isla es el Congreso que cuenta con Fuerzas Armadas suficientes y el Derecho Internacional para respaldar su reclamo. Admitámoslo: desde el punto de vista de Derecho somos un pueblo sin tierra, como los Gitanos o los Kurdos.
Debemos reclamar que el Título de propiedad de la Isla de Puerto Rico sea traspasado del Congreso Federal, su actual dueño, al Pueblo de Puerto Rico su verdadero dueño histórico por medio de compra para que podamos construir un muro aislante (un barrera corta-fuego) que nos permita reconstruir las ruinas de nuestra cultura y economía en una tierra que nos pertenezca (¿qué sentido tiene desarrollar una isla que no nos pertenece?). El que el Pueblo de Puerto Rico le compre la isla al Gobierno federal dejaría sin vigencia la Clausula Territorial y todos los poderes del Congreso pasarían a manos de los nuevos dueños soberanos: los puertorriqueños. Sería una transacción puramente inmobiliaria que el Congreso está autorizado a realizar como así lo indica la Clausula Territorial de la Constitución Norteamericana.
La Soberanía conjuntamente con el altamente desarrollado capital humano con que contamos (que nos ha costado un ojo de la cara pero que ahora se ve forzado a abandonar la Isla porque no hay sitio para ellos) y sin las restricciones que nos imponen la legislación federal como las leyes de comercio interestatal y otras, facilitaría la diversificación de la economía. Esto ofrecería nuevas opciones de expansión a la industria ya establecida; además de facilitar el establecimiento de un polo financiero (como lo ha hecho Panamá) que muy fácilmente podría competir ventajosamente con otros polos similares en el Caribe y en el mundo. Es necesario integrar las farmacéuticas y otras empresas foráneas a la economía puertorriqueña aunque las últimas pertenezcan a intereses extranjeros. De la misma manera es necesario estimular la formación e inversión acelerada de capital autóctono en nuestra tierra. La Soberanía de la Isla en manos de los puertorriqueños no es un capricho o un atavismo nacionalista; estamos hablando de una necesidad imperiosa para intentar salir de la encerrona en que nos han metido más de cinco siglos de coloniaje.
Septiembre 2012.
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